Se trata de la única arma que porta el superhéroe de ‘Marvel’, uno de los pocos personajes del mundo del cómic que no tiene superpoderes. Bueno está lo del experimento con el “suero del super-soldado”. Un preparado que posibilita llegar al límite de la capacidad humana, pero sin sobrepasarla. De modo que no hay nada de sobrehumano.
Todo es fruto de un intensivo entrenamiento físico y táctico. Desarrollo de todas las capacidades físicas (fuerza, velocidad, agilidad, destreza), dominio de la acrobacia gimnástica, adiestramiento en técnicas de combate cuerpo a cuerpo y conocimiento de la estrategia militar. El resultado: un soldado atléticamente perfecto, con una formación militar completa. Pero como arma sólo lleva su característico escudo en forma de escotilla de tanque. El mismo que le fue entregado por orden expresa del presidente de los Estados Unidos, Franklin Rooselvelt. Cosa seria.
El escudo es un disco convexo-cóncavo de entre 0,80 y 1 m de diámetro y unos 5 kg de masa. Destacar que, inicialmente, su forma era triangular y no circular y contenía tres estrellas en blanco sobre fondo azul, con rayas verticales rojas, blancas y azul. Pronto cambió a la forma y el diseño que, en la actualidad, le conocemos. En lo que respecta al dibujo de su parte convexa, merece un sobresaliente la explicación que se da a su mantenimiento. Les explico. Como es lógico, con tantos golpes que da y recibe el escudo, es de esperar que su pintura se estropee y necesite ser reparada muy a menudo. Lo sorprendente del asunto es que no lo es tanto como se podría pensar. Y la razón está en una solución que, científicamente, es aceptable.
No en vano la ofrece el famoso industrial americano Tony Stark, más conocido como Iron Man. Aplica la pintura con una base de resina epoxi o poliepóxido, combinada con nitrato de titanio(III). El polímero termoestable, endurecido al mezclarse con el agente catalizador, protege de la corrosión y mejora la adherencia de las capas de pintura. Una prueba de lo correcto del método es que, en el año 2006, el doctor S. Borrós propuso sustituir la cola de cianoacrilato (Loctite), por dicha resina epoxi en el montaje y pegado de soldaditos de plomo. Sin duda, un antes y un después en la química de adhesivos, en los albores del siglo XXI. Pero el ‘Hombre de Acero’ lo propuso en los años cincuenta del siglo XX. Buena ciencia-ficción.
En su cara cóncava el escudo tiene cuatro perforaciones, en las que se fijan unos astiles de acero y donde se anudan las correas que permiten cogerlo. Debido a los fuertes golpes e intensas presiones a las que se encuentra sometido el escudo, era frecuente que o bien saltaran los astiles o bien se rompieran las correas. Lo que exigía una continua y larga revisión en mantenimiento, que imposibilitaba su uso durante un tiempo. Dejando al superhéroe sin su única arma y defensa a la vez. Un mal asunto.
Para el que tampoco encontraron mala solución los guionistas de ‘Marvel’. En este caso el problema lo resolvió E. Jarvis, mayordomo de Los Vengadores. Se le ocurrió enfriar los astiles con nitrógeno líquido, N2 (l), lo que hacía que se contrajeran y se pudieran insertar en los pequeños orificios del escudo. Al normalizarse su temperatura, aumentaban de tamaño y quedaban fijados al escudo, pudiendo soportar hasta 20 t de presión. Lo que no está mal pero, ¿cómo es que no se rompía el escudo al aumentar de tamaño los astiles si, básicamente, actuaban como cuñas? ¿De qué material estaba hecho, para que no ocurriera así?
Por otro lado las correas, en principio de cuero, también tendían a romperse con facilidad. Un inconveniente que se resolvió con el invento del Kevlar (1971). Un material sintético formado por fibras, cinco veces más fuerte que el acero, extremadamente ligero (más que la fibra de vidrio), resistente al calor y que, hasta hoy, cuenta con más de 200 aplicaciones. Entre ellas: las de formar parte de barcos, piezas de aviones, materiales de construcción, miembros artificiales, naves espaciales, construcción de puentes colgantes, etc. Sin embargo, sus utilidades más famosas son los chalecos antibalas y los trajes ignífugos, formados por varias capas de esta fibra. Se cuentan por miles los policías y bomberos que deben sus vidas a dicho invento.
Kevlar es sinónimo de alta tecnología y se lo debemos a una mujer extraordinaria Stephanie Kwolek. (Continuará)
Escrito por Carlos Roque Sánchez (croque@supercable.es)
Todo es fruto de un intensivo entrenamiento físico y táctico. Desarrollo de todas las capacidades físicas (fuerza, velocidad, agilidad, destreza), dominio de la acrobacia gimnástica, adiestramiento en técnicas de combate cuerpo a cuerpo y conocimiento de la estrategia militar. El resultado: un soldado atléticamente perfecto, con una formación militar completa. Pero como arma sólo lleva su característico escudo en forma de escotilla de tanque. El mismo que le fue entregado por orden expresa del presidente de los Estados Unidos, Franklin Rooselvelt. Cosa seria.
Aspecto físico (por su cara convexa)
El escudo es un disco convexo-cóncavo de entre 0,80 y 1 m de diámetro y unos 5 kg de masa. Destacar que, inicialmente, su forma era triangular y no circular y contenía tres estrellas en blanco sobre fondo azul, con rayas verticales rojas, blancas y azul. Pronto cambió a la forma y el diseño que, en la actualidad, le conocemos. En lo que respecta al dibujo de su parte convexa, merece un sobresaliente la explicación que se da a su mantenimiento. Les explico. Como es lógico, con tantos golpes que da y recibe el escudo, es de esperar que su pintura se estropee y necesite ser reparada muy a menudo. Lo sorprendente del asunto es que no lo es tanto como se podría pensar. Y la razón está en una solución que, científicamente, es aceptable.
No en vano la ofrece el famoso industrial americano Tony Stark, más conocido como Iron Man. Aplica la pintura con una base de resina epoxi o poliepóxido, combinada con nitrato de titanio(III). El polímero termoestable, endurecido al mezclarse con el agente catalizador, protege de la corrosión y mejora la adherencia de las capas de pintura. Una prueba de lo correcto del método es que, en el año 2006, el doctor S. Borrós propuso sustituir la cola de cianoacrilato (Loctite), por dicha resina epoxi en el montaje y pegado de soldaditos de plomo. Sin duda, un antes y un después en la química de adhesivos, en los albores del siglo XXI. Pero el ‘Hombre de Acero’ lo propuso en los años cincuenta del siglo XX. Buena ciencia-ficción.
Aspecto físico (por su cara cóncava)
En su cara cóncava el escudo tiene cuatro perforaciones, en las que se fijan unos astiles de acero y donde se anudan las correas que permiten cogerlo. Debido a los fuertes golpes e intensas presiones a las que se encuentra sometido el escudo, era frecuente que o bien saltaran los astiles o bien se rompieran las correas. Lo que exigía una continua y larga revisión en mantenimiento, que imposibilitaba su uso durante un tiempo. Dejando al superhéroe sin su única arma y defensa a la vez. Un mal asunto.
Para el que tampoco encontraron mala solución los guionistas de ‘Marvel’. En este caso el problema lo resolvió E. Jarvis, mayordomo de Los Vengadores. Se le ocurrió enfriar los astiles con nitrógeno líquido, N2 (l), lo que hacía que se contrajeran y se pudieran insertar en los pequeños orificios del escudo. Al normalizarse su temperatura, aumentaban de tamaño y quedaban fijados al escudo, pudiendo soportar hasta 20 t de presión. Lo que no está mal pero, ¿cómo es que no se rompía el escudo al aumentar de tamaño los astiles si, básicamente, actuaban como cuñas? ¿De qué material estaba hecho, para que no ocurriera así?
Por otro lado las correas, en principio de cuero, también tendían a romperse con facilidad. Un inconveniente que se resolvió con el invento del Kevlar (1971). Un material sintético formado por fibras, cinco veces más fuerte que el acero, extremadamente ligero (más que la fibra de vidrio), resistente al calor y que, hasta hoy, cuenta con más de 200 aplicaciones. Entre ellas: las de formar parte de barcos, piezas de aviones, materiales de construcción, miembros artificiales, naves espaciales, construcción de puentes colgantes, etc. Sin embargo, sus utilidades más famosas son los chalecos antibalas y los trajes ignífugos, formados por varias capas de esta fibra. Se cuentan por miles los policías y bomberos que deben sus vidas a dicho invento.
Kevlar es sinónimo de alta tecnología y se lo debemos a una mujer extraordinaria Stephanie Kwolek. (Continuará)
Escrito por Carlos Roque Sánchez (croque@supercable.es)
3 comentarios en Ciencia y Cine: El escudo del Capitán América (1):
Pues yo creía que el escudo era de un material artificial inventado, como el adamantium de Lobezno, aunque éste es sólo una exageración de algo real que leí en Wikipedia.
me encanta esta seccion (ciencia y cine)!! te agradeceria muxo si siguieses con la de los 4 fantasticos
saludos!
Monglomorolo no anda descaminado cuando hace alusión al extraño material con el que está hecho el escudo. Pero no se trata del raro adamantium.
Y hasta aquí puedo escribir.
¡No se puede perder la siguiente entrega de Capitán América!
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Anónimo, muchas gracias por tus amables palabras. El próximo 'Ciencia y Cine' estará dedicado a los 4F.
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