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domingo, 29 de abril de 2007


Ciencia y Cine: Dos películas sobre Albert Einstein

Después de todo, desde el punto de vista del cine, sirvió de bien poco la celebración en el 2005 del Año Mundial de la Física. Una fecha con la que se quería conmemorar, tanto el centenario de la Teoría de la Relatividad Especial de 1905, como el cincuentenario de la muerte de su autor, Albert Einstein, fallecido en 1955. Se ve que, por aquél entonces, la industria cinematográfica no consideró oportuno homenajear al mayor genio del siglo XX. Un hecho que, por otro lado, no nos debe sorprender. Desde siempre, el cine ha mostrado nulo interés por las grandes figuras de la ciencia.


Biografías cinematográficas científicas

O si lo ha hecho, ha sido de forma testimonial. Ahí están las biografías sobre el Nobel francés
Louis Pasteur; esa gloria estadounidense sin Nobel, T. A. Edison; el gran Galileo Galilei; nuestro nobel S. Ramón y Cajal; o la doblemente laureada con el mismo, Marie Curie. Pero lo cierto es que no hay mucho más. Ésa es la verdad. Debe ser que en las vidas de estos científicos, no ocurrieron acontecimientos de esos que dan bien en la pantalla de cine. Puede que así sea. Aunque también pudiera ser que los guionistas no hubieran investigado lo suficiente. Lo digo porque, por motivos de trabajo, me he acordado de un par de físicos que quedarían en pantalla, que ni pintados: Richard P. Feynmann y Robert Oppenheimer. Sus peculiares vidas y lo extraordinario de sus trabajos científicos, están pidiendo a gritos sendos largometrajes. Ni que decirles tengo que el de Albert Einstein estaría antes que ninguno. Es sorprendente que, hasta ahora, nadie haya pensado en hacer un film sobre él, su vida y su obra, dado el enorme tirón popular del personaje.

Y digo bien hasta ahora porque, con la primavera de este año 2007, han florecido no uno, sino dos proyectos cinematográficos. Aunque tarde, la primavera ha venido y nadie sabe cómo ha sido.


Luces y sombras einstenianas

Durante una rueda de prensa, con motivo del estreno de Seduciendo a un Extraño, el actor
Giovanni Ribisi reveló que iba a interpretar a Albert Einstein, en un biopic que se iba a rodar sobre el gran físico. Dirigido por la italiana Liliana Cavani, la trama de la einsteniana película arrancaría con la relación del genio y la que sería su primera esposa Mileva Maric, cuyo papel aún no está asignado, y llegaría hasta su muerte. Será interesante ver cómo narra la más que discutible personalidad del hombre y del genio. Un ser en el que la miopía emocional sólo era superada por su clariver científico. Un hombre cuyas palabras y comportamiento públicos se contradecían con sus ideas y actos privados. Una extraña relación de virtudes públicas y vicios privados. Luces relativistas y sombras einstenianas. Humanos claroscuros.

El rodaje comenzará en julio y tendrá lugar en distintos escenarios europeos y americanos. Desde Italia hasta Princeton, ciudad estadounidense donde vivió sus últimos 20 años tras huir del nazismo, pasando por Barcelona, primera ciudad española que visitó, junto a Madrid y Zaragoza, en su viaje de 1923. Una visita que fue posible gracias al buen hacer del físico, entre otros científicos de la época, Blas Cabrera. Por cierto que la actual Ministra de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera, la de la eliminación del cero en las calificaciones de la Educación Secundaria, es sobrina-nieta del físico. No hay dudas de que la especie progresa. Lo que no está claro es que ese progreso implique, necesariamente y siempre, un avance. Misterios evolutivos.

Einstein y Eddington

Será el título del proyecto que sobre Einstein, están preparando la productora estadounidense HBO y la BBC británica. A diferencia del film de la Cavani, éste se centrará en el descubrimiento de la Teoría de la Relatividad General. Aunque aún no se sabe si será un telefilme o una serie, al parecer lo protagonizarán los actores Andy Serkis (“Gollum” de El Señor de los Anillos) que hará de Einstein mientras que David Tennant (último Doctor Who) hará de Eddington. Ambientada en el primer cuarto del siglo XX, el argumento estará basado en la elaboración y desarrollo de la Teoría de la Relatividad General.

Cuando Einstein empezó a trabajar en ella, mientras ocupaba un puesto de técnico en la Oficina Suiza de Patentes. En la introducción de la idea de la curvatura del espacio-tiempo y sus dificultades de aceptación por el mundo científico. Y en las adversidades de la Primera Guerra Mundial, para su propagación y conocimiento mundial. También en el papel del científico británico Sir Arthur Eddington. No ya como astrónomo empírico que comprueba de forma experimental la teoría (famoso eclipse de Sol de isla Príncipe, en 1919), sino como físico que entiende, defiende y propaga la extraña teoría en el mundo anglosajón. De la dificultad cognitiva de la relatividad nos da buena idea la conocida anécdota de Eddington. Al parecer, allá por los años 30, en una entrevista el periodista le interpeló:“He oído que es usted una de las tres personas en el mundo, que entiende la teoría de la relatividad general”. Cuentan que Eddington puso cara de sorpresa y que tardó en contestar. Al inquirirle el entrevistador, respondió: “Es que estoy tratando de pensar quién puede ser la tercera persona”.

Escrito por Carlos Roque Sánchez croque@supercable.es
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domingo, 3 de diciembre de 2006


Ciencia y Cine: Einstein y Marilyn

Alguna que otra leyenda se cuenta sobre la rubia y devorahombres estrella de cine, Marilyn Monroe, y el científico mujeriego, Albert Einstein. Y alguna que otra más, sobre la relación entre el cuerpo y la mente. O la bella y la bestia, como el cuento.

Lo más probable, seguro se diría, es que sean apócrifas. Pero, lo cierto es que, por ahí andan, como prueba, una más, de la enorme popularidad de este hombre. Que, al fin y al cabo, sólo fue un científico.

¿Leyenda o realidad?

Una de estas leyendas cuenta que, en cierta ocasión, coincidieron la Monroe y el genio. Al parecer, la actriz se dirigió a Einstein y le propuso jocosamente: “¡No opina, profesor, que deberíamos tener un hijo juntos; así el niño tendría mi apariencia y su inteligencia!”. Esperable pregunta monroniana. A lo que, el sorprendido físico, respondió: “Lo que me preocupa, querida señorita, es que la experiencia salga al revés”. Lógica respuesta einsteniana. De la leyenda, no sé que decir, poco creíble quizás. Pero como anécdota, bien.

Mas, siempre hay un pero, lo bueno de esto es que existen indicios que podrían corroborar cierta relación entre ambos ídolos. Veamos. De un lado, la Monroe, mujer de abundosas medidas, no sólo mostró su pública predilección por hombres mayores que ella, sino que, en privado, llegó a decir que su idea de hombre sexy era, sí, ¡Albert Einstein! Ya ven.

Del otro lado, el del físico, los testimonios de sus más allegados revelan con claridad el tipo de mujeres que le atraían y así, J. Plesh, su médico y amigo dijo: “En la elección de sus amantes no hacía grandes distinciones, pero se sentía más atraído por una rotunda hija de la naturaleza que por una sutil mujer de sociedad”. Coherente con la hipótesis meriliana. Claro que también dijo: “A Einstein le chiflaban las mujeres y cuanto más vulgares, sudorosas y malolientes eran, mejor”. Sin comentario.

Otrosí, existe una prueba documental de la relación. Al fallecer la actriz, entre sus pertenencias, se encontró una foto del sabio con la siguiente dedicatoria: “A Marilyn, con mi respeto, amor y agradecimiento, Albert Einstein”. Vaya, vaya ¿Agradecido? Interesante. Tal vez, demasiado explícita.


Leyenda sobre sus inteligencias

Con cierta periodicidad, y como Ave Fénix, renacen noticias acerca de los coeficientes intelectuales de Einstein y Marilyn, con ventaja, qué cosas, para ella. La última, de 2006 creo recordar, relacionada con un programa de televisión. Poco que decir. Estupidez televisiva. No consta en ningún documento, oficial u oficioso, que el genio realizara uno alguna vez. Posteriores estimaciones sugieren que podría estar en el intervalo comprendido entre 160 y 180. Quien sabe.

El genio se manifestó en una ocasión, al respecto de los coeficientes: “Los test de inteligencia no son fiables, 30 junio 1953”. Aunque, por otro lado: ¿qué significado tiene su valor?, ¿qué es la inteligencia? (“Sólo conozco dos cosas que son infinitas: el Universo y la estupidez humana. De la primera no estoy seguro”).

Escrito por Carlos Roque Sánchez(croque@supercable.es)
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sábado, 30 de septiembre de 2006


Ciencia y Cine: Einstein y Charlot

Einstein y Charlot se conocieron en 1931, a bordo del barco que los llevaba a los EE.UU. Cuando Charles Chaplin estrenó su película Luces de la ciudad, el matrimonio Einstein fueron sus invitados de honor. Tuvo lugar en la noche del 30 de enero de 1931, en el nuevo y fastuoso teatro Los Ángeles de Broadway. En este film, Chaplin introdujo por primera vez el sonido, el mismo que, paradojas de la vida, tanto había combatido al principio.

El estreno fue todo un acontecimiento con gran repercusión social. La gente aguardaba la llegada de las estrellas desde las tres de la tarde. Se colapsó el tráfico, hubo rotura de escaparates, ... Tal fue la multitud que se agolpó en las proximidades del teatro, que tuvieron que acudir escuadrones de la policía a caballo. Incluso estuvieron a punto de usar gases lacrimógenos para controlarla. Según los ecos de sociedad, en el estreno, al que acudieron las más rutilantes estrellas de Hollywood, el matrimonio Einstein recibió una de las ovaciones más prolongadas al entrar en el auditorio. Estrella entre estrellas.

(Charlot y Einstein)

Fue mientras llegaban al estreno, con la muchedumbre agolpada junto al coche que apenas podía avanzar, cuando el físico un poco desconcertado le preguntó al cómico: “¿Qué significa esto?”, a lo que, éste, contestó con un rictus de amargura: “Nada”. Vanitas vanitatis cinematográfica escarmentada. Por el contrario Einstein, en su sencillez, nunca comprendió la atracción que ejercía sobre la gente. En 1944 manifestaba algo perplejo: “¿Cómo es que nadie me entiende, pero le gusto a todo el mundo?”. De los años treinta es también la anécdota según la cual, Einstein, elogió a Charlot diciéndole:
- Lo que he admirado siempre de usted es que su arte es universal; todo el mundo le comprende y le admira.
A lo que el actor replicó:
- Lo suyo es mucho más merecedor de respeto; todo el mundo le admira y prácticamente nadie le comprende.
La réplica no debió caer en saco roto. Años más tarde Einstein afirmaba durante una entrevista: “No has entendido realmente algo, hasta que no eres capaz de explicárselo a tu abuela”.

Expediente Einstein

No es un hecho muy conocido que el FBI vigiló al científico, llegando a abrirle un dossier de casi dos mil páginas. En lo sociopolítico, no corrían buenos tiempos en los EEUU. La campaña anticomunista del senador J. McCarthy se encontraba en su punto más álgido. Pero a Einstein no parecía importarle, y hablaba valientemente contra semejante amenaza a la libertad intelectual. Precaución. La situación era delicada para él. No en vano se manifestaba como un ferviente pacifista, un socialista convencido y un crítico del racismo. Preocupado por la libertad de pensamiento y de expresión, escribió el siguiente aforismo: “En el reino de los buscadores de la verdad no hay ninguna autoridad humana. Quien intenta erigirse en magistrado provoca la risa de los dioses”. Filosófico, lúdico y poético.

Sin razón, el gobierno le creía vinculado al espionaje soviético. Sólo la fama mundial que tenía, y su prestigio como científico, mantenía a raya a la inquisición mccarthiana. Pero el pánico rojo, que inundó los EEUU a comienzos de los cincuenta, llegó a ser casi una histeria colectiva. Einstein no debía ser tan despreocupado. Caución. En el Expediente Einstein, alrededor de 1953, aparece la relación del físico con Charlie Chaplin, otro subversivo, peligroso, comunista y antipatriota según el FBI. Los calificaba de “grandes amigos” e instigadores por parte del espionaje soviético. En fin.

Escrito por Carlos Roque Sánchez(croque@supercable.es)

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