Aunque el concepto de superhéroe empezó a gestarse en series realistas y pulp magazines estadounidenses a finales de los años 20, por tradición, se tiende a considerar a Superman como el primero y, probablemente, más conocido de todos los superhéroes. Imaginado por Jerry Siegel y dibujado por Joe Shuster, a Superman se le vio por vez primera, surcar los cielos y capturar malhechores y criminales en 1938, en el nº 1 de Action Comic, una revista de Editorial D.C. Comic.
Debido a su espectacular éxito, pronto pasó a otros medios: radio, dibujos animados, serie de televisión, cine, musicales de Broadway. Todos servían para la mayor gloria del Hombre de Acero y su imperturbable rizo en la frente. Como sabemos, el espaldarazo definitivo le vino de la mano de la versión cinematográfica de 1978, de título Superman, dirigida por Richard Donner, con guión de Mario Puzo y protagonizada por Christopher Reeve.
Su historia la conocemos todos. Natural del planeta Krypton, amenazado con su destrucción por una catástrofe cósmica-gravitatoria, es enviado por sus padres a la Tierra. A su llegada, el único sobreviviente kryptoniano es adoptado por una familia de granjeros, que le proporcionan su identidad terrestre. Ya adulto marcha hacia Metrópolis, metáfora de Nueva York, donde se incorpora como periodista al Daily Planet. Pero ...
¿Por qué estalló Krypton?
Al parecer, según cuentan, se trataba de un planeta con una gravedad mucho más intensa que la de la Tierra. Una característica que bien podría explicar su inestabilidad geológica y posterior explosión. Un fenómeno físico que, a la luz de los datos disponibles en el propio cómic, tendría justificación científica. Veamos.
De la supermánica capacidad para saltar enormes edificios, sin necesidad de tomar impulso, se puede deducir que Kryton pudo ser un planeta del tamaño de Júpiter, con una superficie en estado sólido y un campo gravitatorio del orden de unas catorce veces superior al terrestre, g(K) = 14 g(T). Es decir, de un cuerpo celeste que podría existir en alguna galaxia. No hay ninguna razón física para negarlo a priori. Quizás una estrella neutrón, con su núcleo extremadamente denso, podría ser su origen astronómico. Quien sabe. De modo que, aceptada la fantasía, no hay motivos científicos para negar la explosión kryptoniana. Es lo que tiene la ciencia, que prefiere lo improbable a lo imposible. (Continuará)
Escrito por Carlos Roque Sánchez(croque@supercable.es)
2 comentarios en Ciencia y Cine: Superman (2):
muy interesante, Superman no es mi favorito pero la última película me gustó bastante
Me alegro que te haya gustado esta noticia.
PD: Gracias por todos tus comentarios dalia
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