(Continuación) La publicación de la carta del profesor Kakalios en la revista Wizard, con el razonamiento científico de la verdadera causa de la muerte de Gwen, fue la primera pero no la única prueba de que el mundo del cómic aprendía de sus errores. También se montaron en el carro de las correcciones los propios protagonistas, aunque con suerte desigual.
Dos años más tarde de la carta, en agosto de 2002, y en el número 45 de Peter Parker: Spiderman, era el malvado Duende Verde el que se apuntaba al grupo de “neoestudiantes de ciencias”, en este caso de Física. Pero como gran supervillano, sus intenciones no les iban a la zaga y éstas eran perversas y malevas.
Como quería dañar a Spiderman, aunque sólo fuera psicológicamente, no se le ocurrió otra cosa que mandar a los medios de comunicación un vídeo grabado de la caída y muerte de Gwen. Un vídeo que Peter tuvo que ver en la televisión, en la soledad de su cuarto. Solo, como siempre. Desgarrador.
Con él pretendía un doble propósito. De un lado, mostrarse como inocente de esa muerte, como si no lo conociéramos y supiésemos lo que hizo. Y de otro, dejar al superhéroe como un estúpido e inexperto salvador. Por si no puede leer en el bocadillo de la imagen sus palabras, les transcribo el mensaje duendil.
Segundo bocadillo: “Pero antes de que tuviera posibilidad de alcanzarla, el Hombre Araña hizo algo increíblemente estúpido: a pesar de la velocidad de su caída, decidió atraparla con esa red de goma suya. En el instante siguiente su cuello crujió como una rama podrida”.
Tercer bocadillo: “Si yo fuese el marido o novio de esa chica, nunca perdonaría a ese maniático enmascarado por lo que hizo. Spiderman mató a esa pobre chica, tan seguro como que yo estaba allí antes que usted”.
Como pueden ver sus intenciones no dejan lugar a duda. Quería hacer daño y sabía dónde y cómo hacerlo. Por eso hurgaba allí donde la herida iba a sangrar más. Pobre Peter. Sí, parece que el criminal había aprendido la lección.
No es así. Si se fijan bien en sus palabras, en ningún momento especifica cómo la pensaba salvar. No, no dice nada. Si quieren que les diga mi opinión, no tengo nada claro que el Duende supiera cómo hacerlo. Demuestra que se ha dado cuenta de su inicial ignorancia física -la de que por el mero hecho de caer, una persona muere-. También de que la súbita parada que Spiderman le origina a Gwen al atraparla, con la consiguiente variación de su cantidad de movimiento, es mortal de necesidad.
Sí, pero él no ofrece ninguna solución acorde a la ciencia, para su salvación. Algo de teoría y nada de práctica, ésa es la única aportación del volandero verde. Quedan por tanto deslizantes sombras sobre sus conocimientos científicos. No hay que olvidar que es un genio, pero del mal. Un científico demomaníaco.
No es que pretenda fundamentar una tesina, sobre la posible influencia del cómic en la música independiente, pero lo cierto es que la doble puntada musical de la entrega [18], ha tenido continuación. He detectado otra referencia a Spiderman en un tema del “indie pop patrio”. Se trata de “Un buen día”, la segunda canción del disco “Unidad de desplazamiento” (2000) de Los Planetas. Ahí tienen la estrofa de marras:
(Continuará)
El primero que dice haber aprendido
Dos años más tarde de la carta, en agosto de 2002, y en el número 45 de Peter Parker: Spiderman, era el malvado Duende Verde el que se apuntaba al grupo de “neoestudiantes de ciencias”, en este caso de Física. Pero como gran supervillano, sus intenciones no les iban a la zaga y éstas eran perversas y malevas.
Como quería dañar a Spiderman, aunque sólo fuera psicológicamente, no se le ocurrió otra cosa que mandar a los medios de comunicación un vídeo grabado de la caída y muerte de Gwen. Un vídeo que Peter tuvo que ver en la televisión, en la soledad de su cuarto. Solo, como siempre. Desgarrador.
Con él pretendía un doble propósito. De un lado, mostrarse como inocente de esa muerte, como si no lo conociéramos y supiésemos lo que hizo. Y de otro, dejar al superhéroe como un estúpido e inexperto salvador. Por si no puede leer en el bocadillo de la imagen sus palabras, les transcribo el mensaje duendil.
Primer bocadillo: “Al darme cuenta de que la chica había caído, corregí el rumbo de mi deslizador en un intento por salvarla. Empecé un descenso inmediato”
Segundo bocadillo: “Pero antes de que tuviera posibilidad de alcanzarla, el Hombre Araña hizo algo increíblemente estúpido: a pesar de la velocidad de su caída, decidió atraparla con esa red de goma suya. En el instante siguiente su cuello crujió como una rama podrida”.
Tercer bocadillo: “Si yo fuese el marido o novio de esa chica, nunca perdonaría a ese maniático enmascarado por lo que hizo. Spiderman mató a esa pobre chica, tan seguro como que yo estaba allí antes que usted”.
Como pueden ver sus intenciones no dejan lugar a duda. Quería hacer daño y sabía dónde y cómo hacerlo. Por eso hurgaba allí donde la herida iba a sangrar más. Pobre Peter. Sí, parece que el criminal había aprendido la lección.
Pero bien visto
No es así. Si se fijan bien en sus palabras, en ningún momento especifica cómo la pensaba salvar. No, no dice nada. Si quieren que les diga mi opinión, no tengo nada claro que el Duende supiera cómo hacerlo. Demuestra que se ha dado cuenta de su inicial ignorancia física -la de que por el mero hecho de caer, una persona muere-. También de que la súbita parada que Spiderman le origina a Gwen al atraparla, con la consiguiente variación de su cantidad de movimiento, es mortal de necesidad.
Sí, pero él no ofrece ninguna solución acorde a la ciencia, para su salvación. Algo de teoría y nada de práctica, ésa es la única aportación del volandero verde. Quedan por tanto deslizantes sombras sobre sus conocimientos científicos. No hay que olvidar que es un genio, pero del mal. Un científico demomaníaco.
Música y cómic
No es que pretenda fundamentar una tesina, sobre la posible influencia del cómic en la música independiente, pero lo cierto es que la doble puntada musical de la entrega [18], ha tenido continuación. He detectado otra referencia a Spiderman en un tema del “indie pop patrio”. Se trata de “Un buen día”, la segunda canción del disco “Unidad de desplazamiento” (2000) de Los Planetas. Ahí tienen la estrofa de marras:
He estado durmiendo hasta las seis
y después he leído
unos tebeos de Spiderman,
que casi no recordaba.
Y he salido de la cama.
y después he leído
unos tebeos de Spiderman,
que casi no recordaba.
Y he salido de la cama.
(Continuará)
0 comentarios en Ciencia y Cine: Aprendiendo de los errores (Primera parte) [20]:
Publicar un comentario